Las manos se presentan en los escaparates como un elemento visual con gran capacidad de atracción.
En la mayoría de los casos son manos en tres dimensiones que suelen cambiar su tamaño habitual para dejar sorprendido al viandante. La posición de los dedos también lleva implícita el mensaje que queremos transmitir, aunque, casi siempre, las manos van a servir como soporte para exponer un producto, un bolso, una lámpara o un perfume.
Las manos también pueden simplificar su imagen convirtiéndose en una silueta que permite dar un toque más sutil al concepto que queremos transmitir tras el cristal.